Llamadas a números eróticos
El primer pensamiento que tenemos cuando una persona llama a números eróticos puede ser de rechazo; es un mundo que no conocemos pero de primeras no nos inspira demasiada confianza. Tenemos que apartar ese pensamiento de nuestra mente ya que este tipo de servicios nos puede ayudar a vivir una experiencia realmente excitante.
Además, la seguridad en los servicios de teléfonos de números eróticos es muy alta, garantizándote una alta discreción así como una gran fiabilidad en los servicios de pago. Si todavía no has probado llamar a una línea erótica te estás perdiendo una gran experiencia.
Experiencia con los números eróticos
Marta es una chica que trabaja en una clínica privada que se basa en la investigación de los distintos tipos de fertilidad artificial. Para la mayor parte del día en el trabajo, incluso algunos findes, por lo que te gusta dedicar su tiempo a pasarlo bien, divertirse con los amigos y a sus aficiones. Desde siempre le ha encantado pintar aunque no te forma profesional, le ayuda a pasar el rato a la vez que se relaja y desconecta de la dura jornada laboral.
Un día, en el trabajo, una compañera le comentó que a veces, cuando necesita desconectar, llama a “números eróticos”. Según su amiga le permite ser ella misma y desde el otro lado de la línea se encargan de cumplir todas sus fantasías.
Marta lo rechaza de inmediato aunque reconoce que siente curiosidad. No le parece tan mala la idea de poder divertirse un rato por teléfono, con el toque de excitación y sensualidad que puede aportarle el estar hablando con un desconocido, con alguien que no va a poder ver. El sentido del oído y su vivida imaginación tendrán que dibujar en su mente la descripción que va escuchar.
Aunque al principio ha sentido rechazo decide que no pasa nada por probarlo. Una vez que se encuentra en su casa, sola, decide hacerlo desde su habitación donde se encuentra más segura. Se mete en la cama y consulta por internet varios servicios que le resulten excitantes y seguros.
Una página de números eróticos de chicos le hace captar toda su atención. El cuidado y la estética de la web ha sido definitivo… además de mostrar cuerpos de esculturales hombres que no puede dejar de mirar. No hay marcha atrás, ha decidido que va a hacer la llamada y que va a disfrutar de ella.
El teléfono empieza a sonar y es cogido de inmediato. Marta pregunta por un nombre de chico que ha visto en la web aunque no se incluía ninguna foto: Pedro. Marta cree que la espera va a ser eterna, que este servicio solamente va a querer mantenerla en la espera para poder obtener más beneficio de ella… pero se equivoca.
Apenas han pasado unos segundos cuando la voz profunda de un varón se escucha al otro lado del teléfono.
–¿Hola? – Pregunta una seductora voz de hombre que debe de corresponder a la de Pedro.
Marta está muy nerviosa y no sabe muy bien que decir. Por un momento piensa en que llamar a números eróticos no ha sido buena idea pero decide que esta noche quiere pasárselo bien.
-Hola, soy Marta – Contesta también con una seductora voz aunque no sabe muy bien de donde ha sacado el atrevimiento para hacerlo.
Y entonces empieza la conversación. Al principio es muy trivial preguntando algunos detalles singulares. Entonces la cosa empieza a caldearse cuando ella decirle preguntarle lo que lleva puesto.
-¿Pero esto no funciona al revés? – Contesta él con un toque de humor. Marta sonríe.
Cuando quiere darse cuenta, Marta se encuentra demasiado excitada. En un punto de la conversación no puede aguantarse más y decide masturbarse.
Al terminar la conversación hace una valoración de la misma. Todos esos miedos y recelos que marta tenía a la hora de llamar a números eróticos han desaparecido. Una cosa tiene clara, que volverá a llamar y que volverá a hablar con Pedro.