Línea erótica con rubias tetonas

Ligar con una tetona parece mucho más fácil decirlo que hacerlo. Todavía recuerdo esas noches de discoteca cuando iba con los colegas a ligar en los pubs habituales. A veces teníamos suerte y a veces no.

Para que engañarlos, la idea era follar todas las noches pero solo unos cuantos lo conseguíamos. Con el tiempo, esto ya empezó a ser aburrido porque le habíamos pillado el truco. Ya podíamos follar tantas veces como quisiéramos.

Pero casi ninguna era tetona. Lo parecían por la cantidad de relleno que se ponían y por el tipo de sujetador pero luego estaban bastante planas.

La experiencia con la rubia tetona en una línea erótica

Una noche, mis colegas y yo decidimos llamar a una línea erótica de rubias tetonas. Sabíamos que no era lo mismo pero queríamos pasar un rato divertido.

La chica que nos atendió era morena y tetona pero le dijimos que no, que tenía que ser rubia, que a nosotros los que nos ponía eran las rubias.

Después de unos minutos cogió el teléfono una tal Pamela, como la famosavigilante de la playa.

-¿Cómo tienes las tetas? –Preguntó uno de mis amigos sin esperar a que contase algo más de ella.

-Sinceramente…!las tengo enormes!- Digo de forma muy seductora.

Mire a mis amigos y ellos me miraron a mí. Creo que pensamos lo mismo pero nadie lo comentó.

-Me la estaba poniendo durísima con la voz- Pensaba.

Pero no solo era la voz, la llamada a esta línea erótica estaba haciendo que recrease a esa rubia tetona en mi mente. Me la imagine totalmente desnuda mientras nos hablaba. Se reía mientras una mano se dirigía tímidamente hacia su entrepierna.

-¿Estás buena, Pamela? – Preguntó otro de mis amigos haciendo que saliera de mi pequeño trance mental.

– Estoy… buenísima- Dijo con la misma pausa y el mismo tono de voz.

No podía aguantar más y salí de aquella habitación. Les dije a mis amigos que no me gustaba llamar a una “línea erótica” pero la verdad es que había algo en aquella voz que hizo que me tuviera que ir a masturbarme.

Reconozco que, días después, llamé a Pamela estando solo. Le comenté todo lo que había pasado y como me había corrido al escuchar su voz.

No soy de los que da muchos detalles pero quiero deciros que, a partir de ese día, veo la “línea erótica con otros ojos”

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