Conociendo a chicas por teléfono erótico
Siempre había pensado que hablar con chicas por teléfono erótico era algo aburrido que no llevaba a ningún lado. Reconozco que consideraba que era algo para perdedores que eran incapaces de mantener una conversación con una mujer en el mundo real.
Yo follaba tantas veces como quería. Era raro la noche en la que no me llevaba a una tía a mi cama y la acababa penetrando tantas veces como quisiera.
Sin embargo, tuve una mala racha en mi vida. Estuvieron a punto de despedirme en el trabajo por recortes y eso debió de afectar a mi mente y a mi cara. Las chicas empezaron a desinteresarse y tuve una época de sequía sexual.
Estuve tan mal que decidí llamar a un servicio de esos de conocer “chicas por teléfono erótico”.
No estoy hablando de las líneas porno tradicionales. Este era un servicio de sexo en donde podías hablar con personas que eran de tu propia ciudad. Simplemente, cuando llamabas, et ponían en espera y cuando alguien que estuviera cerca estuviera disponible, te lo pasaban sin esperar demasiado.
Es así como conocí a Ruth. La escuché sin demasiado interés: me dijo que estaba separándose del marido, que la había hecho infeliz toda su vida, que le había abocado a un destino fatal y bla, bla, bla.
La verdad es que no sé porque no le corté antes pero la verdad es que estaba desesperado y necesitaba un polvo fácil ya. Poco a poco a conversación se animó y empezó a describir su cuerpo.
Era tetona así que tenía que follármela como fuera.
No fue difícil proponerle de quedar y mucho menos de follar. En menos de lo que me esperaba la tenía bien abierta en mi cama sin bragas. Me la follé y nunca más supe de ella.